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La Cavitación es una técnica no quirúrgica para eliminar grasa localizada mediante el uso de ultrasonido de baja frecuencia. Su principal ventaja es que ofrece la posibilidad de lograr los mismos resultados que una liposucción, pero sin la necesidad de una intervención quirúrgica, lo que hace que cada vez más personas prefieran la Cavitación como una alternativa indolora, sin anestesia y muy efectiva, y sin dejar marcas ni cicatrices en la piel.
Los ultrasonidos de la Cavitación generan pequeñas burbujas en las células de grasa que implosionan, provocando la ruptura de estas células, las cuales se convierten en líquido. Finalmente, este líquido es expulsado a través de la orina y el sistema linfático.
Se recomienda un tratamiento cada 7 a 10 días. El número total de sesiones varia según los objetivos del cliente, y típicamente varía entre 6 y 12 sesiones para obtener resultados óptimos.
Después de completar el ciclo de tratamiento, se recomienda realizar sesiones de mantenimiento cada 2 a 3 meses para mantener los resultados.
Una sesión típica de Cavitación dura entre 30 y 45 minutos, dependiendo del área que se esté tratando y de la condición del cliente.